A veces me pregunto si la vida no es un continuo ir y venir de ideas, acciones, emociones, sentimientos, pensamientos entrelazados en una noria continua sin finales definidos. De vez en cuando, en las revueltas del camino, en los meandros del río de la vida, es posible descansar a la vera de la senda, en las orillas tranquilas de la corriente que pasa y pasa y nosotros con ella.

Una anécdota personal ilustra a las claras lo que os digo. Después de dar vueltas y más vueltas a trabajos de todo tipo, desde aquel que más me apasionaba hasta otros intragables pero necesarios para tirar “p’adelante”, hasta que uno lograra la llamada estabilidad laboral. Pues bien, llaman a mi casa para darme la buena nueva, preguntan por el susodicho que os escribe. - ¿Vive aquí fulanito de tal? Sí, sí, pero ahora no está- contestó mi padre.- ¿Puede decirnos dónde está, por favor? A lo que el coautor de mis días respondió: -Estará por ahí. Dando vueltas.

Imaginad qué pensarían mis futuros contratadores ante tan peregrina respuesta: “menudo elemento vamos a fichar si en vez de currelar como todo hijo de vecino, el tío éste está por ahí deambulando, dando vueltas, como dice su padre”. Para aclarar las cosas diré que las vueltas que estaba dando eran las relativas a unas cuantas materias que debía empollar y comprender para optar al ansiado puesto de trabajo que me permitiera ganar con dignidad las habichuelas y de cuando en cuando pegarme un atracón de vermú con el “entrepá” de anchoas y patatas fritas.

Me parece que la mejor manera de ganar el tiempo, en muchas ocasiones, está en perderlo. Perder el tiempo en divagaciones nada prácticas en estos tiempos de resultados, perder las horas en agradable charla con los amigos, perder los minutos mirando la mar y no pensar en nada, como afirmaba D. Manuel Machado. No hace mucho he conocido a una persona que ha vivido un año sabático perdiendo el tiempo para dar la vuelta al mundo. Dando vueltas por países, continentes, gentes, paisajes, culturas, lenguas. Otra forma de ver y entender este mundo cada día más enlatado por la cultura de “Yanquilandia”.

Dar vueltas y vueltas a los temas esenciales: el amor, el tiempo y su transcurso y la muerte, compañera temida del hombre. Aunque digáis que estoy obsesionado. No conozco otras cuestiones más sugerentes que puedan ocupar y preocupar más. Y en esas estamos. Quizás me veáis por estas calles de la “city”. Estaré dando vueltas y a lo mejor nos encontramos.

J FRANCISCO GÓMEZ. Periodista y escritor. Ha publicado el libro de cuentos LOS DÍAS SIN TI col. Altabix- ed. Frutos del Tiempo 2002 y el libro de artículos CRÓNICAS DE LA CITY col. Temes D’Elx-departamento de publicaciones Excmo. Ayto. de Elche 2004. Colabora habitualmente en el diario La Verdad de Elche y en el diario Elche Noticias.