10 de noviembre de 2004
Un espanyolito en Bélgica Cap. 3: Los mejores amigos de los belgas por Jaume Quiles

En el capítulo de hoy hablaremos de los mejores amigos de los belgas que sin duda no son los españoles (y les entiendo ¡eh!). Los perros de los belgas, son iguales que los perros españoles, sólo que éstos nacen en Bélgica, claro est á, lo que quiero decir es que no son rubios, con pecas y con la piel muy clarita como sus dueños…

Un domingo decidimos comer en un restaurante, pues nada más sentarnos en una de las mesas, llegaron dos chicos acompañados por su perro (no sé que marca era, el perro) y piden una mesa para tres. El perro se sienta en una de las sillas e inmediatamente la camarera le sirve al perro un cacharro con agua y la carta para sus dueños…

Normalmente veo personas con sus animales en el autobús y en el tranvía, pero no en los pasillos sino en los asientos, como si fueran un pasajero más (claro que estos no pagan). Pues un día en el autobús, de las pocas veces que subo, (sin pagar por supuesto, empiezo a tener comportamientos similares a los perros) llegó una abuelita con su mejor amigo y al verla me enternecí -pobrecilla- pensé. Me levanté para cederle mi sitio y lo mejor, es que no me dejo sentarme a su lado porque sentó al perro, me quedé en el pasillo agarrado a la vara con el hocico del perro en mi cara arrojándome su aliento: ¡chucho feo!

Aquí en verano los perros no son abandonados como en España. Los perros pueden viajar en el tren, así que el perro se convierte en un elemento más de la familia y viaja con sus dueños en preferente o turista y con su propia maleta…

El animal al ser un miembro más de la familia tiene derecho a salir de fiesta y beber cerveza como sus amos. Desde Bélgica se esta planteando hacer pruebas de alcoholemia también a los perros por la cantidad de cagadas que aparecen en las calles, ya que el alcohol ingerido en sus cuerpos afecta al organismo y provoca que defequen en cualquier parte y no en los pipi-cans. Esto se está convirtiendo en un grave problema. Los dueños nunca llevan una bolsa de plástico (son 15 céntimos) para recoger los excrementos, cosa que si que se hace en mi país, e incluso yo, que no soy un perro, utilizo una bolsa para depositar mi líquido amarillo si estoy en un apuro, a ver si aprendemos…


Foto: Jaume Quiles

Esto mismo que vemos que ocurre en el exterior de una cafetería también se ve en el interior. Los animales están permitidos en los locales. La mujer de la foto quería disfrutar al aire libre del hermoso sol que relucía ese día y del calor abrumador de la mañana…

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