18 de octubre de 2004
Un espanyolito en Bélgica Cap. 1: El buen reciclador belga por Jaume Quiles

Desde Gante, una ciudad de Bélgica, os presento la primera mpresión que tuve nada más llegar. No sé por qué extraño motivo me fijé en que todas las calles estaban repletas de bolsas de basura en los portales de las casas. Lo curioso es que todas las bolsas eran iguales: grandes y azules y que todas ellas contenían lo mismo, latas de bebidas, plásticos, tetrabricks… (¿Qué pasa, que los belgas no consumen otra cosa que no sean bebidas carbonatadas? ¿No comen en casa?). Me sorprendió no ver la basura en las bolsas de los supermercados de la zona como ocurre en mi ciudad natal, que supongo que son más baratas, no sé, de algún Sparm, Contact o Carrefour (que equivalen a los supermercados españoles, Mercadona, HiperBer y… Carrefour). Por lo visto esa noche el camión de la basura no pasó. Pero no, el camión de la basura no pasa por la noche, por la noche duermen, claro, así que efectúa la recogida de basura durante la jornada laboral. Otro día en las calles de Gante distinguí bolsas grises, en estas no se podía ver el contenido de las bolsas, pero un cierto olor percibido al pasar junto a ellas me hizo conocer que se trataba de “kitchen-leavings” (residuos) ¡ah! Los belgas comen en casa.

Bélgica es el país del reciclaje, tienen diferentes bolsas para la basura, las grises y las azules y algún contenedor que otro para el cristal y el papel, y si me puedo permitir una crítica al Stad Gent, que pongan más papeleras por las calles, tanto reciclaje y papeleras para los transeúntes no hay… Y para rematar el tema, las pegatinas amarillas. Pegatinas que te coloca el basurero del camión de la basura en el buzón de casa, cuando abre tú bolsa azul y comprueba que en la de plasticos has tirado algo de metal. Tienes un límite de tres pegatinas a la tercera, multa, a pagar por no ser un buen “reciclador”. Además tienes que pasar por las miradas de todos tus vecinos de la calle que saben que metes metal donde va plástico y aquí son muy rencorosos. Mientras que los españoles, el que dirán nos importa menos y nos dedicamos a cuidar nuestra economía y evitar pagar la multa. Por lo que buscamos soluciones y afrontar el reciclaje a nuestra manera, por ejemplo así:


Foto: Mila Albert

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