Cuando Miguelillo y Pepinillo estaban allí, en la colina impresionandose al ver tan complejo aglomerado de testículos rosas... le dijo el uno al otro:
-Ahh...una cosa... Recuerdas a Abundio el alpinista? pues todo esto... Algún día...¡Fue suyo!
-Yo pensé que era de Fredo y Pitu.
-Pos no, practicando un día patadas voladoras de Kurfú, se despistó al caerle en el centro del cerebro un pequeño saltamontes y tropezó de nuevo dejando sus soberanas pelotas sobre las rocas.
Tan abrumadora fue la experiencia que llevó al satamontes a juicio, y este publicó su primera novela “crónica de una clase de spining” best seller en las mejores farmacias.Después de todo esto...Cuando despertó, digo!... Cuando desperté... Imaginé ...e imaginé, y asi como quien rellena un crucigrama escribo como muchos que no dicen nada.