28 de noviembre de 2005
Esconderse para ser visto por Daniel Vargas

Yo me escondo y huyo. Pero no sé hacia donde huyo. A veces me escondo y me refugio en mí mismo. Otras veces me escondo en los demás, porque creo que allí no me van a encontrar. Nadie sabe cómo soy yo por dentro. Nadie, ni siquiera yo. A veces me encuentran y a veces me encuentro yo. A veces me gusto, y a veces me odio. Me gustaría ser otra persona, pero no puedo. Lo he intentado un millón de veces pero es imposible. Es inútil fingir lo que uno no es. A veces me acepto tal y como soy, con mis virtudes y mis defectos. Es entonces cuando me siento bien conmigo mismo. Me siento en armonía con el mundo y todo lo que me rodea. Pero hay veces que me gustaría desaparecer, irme muy lejos donde nadie me encontrara, ni siquiera yo. Cuando miro dentro de mí, me gusta lo que veo. Pero no siempre sucede. Pienso que todos jugamos alguna vez al escondite con los demás. Nos escondemos detrás de ese arbusto o ese árbol tan estrecho que se nos ve. La persona que juega, lo sabe, y el que se esconde lo sabe. El que “paga”, finge que no me ve. Yo le veo pero hace como si no estuviera. Sigue buscando y yo me acerco. Está jugando y yo lo sé. Llega un momento que el juego se acaba, es cuando la persona que finge que no me veía, me ve y me delata. Entonces es cuando el juego cobra sentido. Me escondo para ser visto. Todos lo hacemos alguna vez.

MALABARRACA now:

COLECTIVO MALABARRACA 2010