Caspa hispana

Lo sabemos. Todos lo sabemos. “Torrente” se ha convertido en un fenómeno sociológico que va más allá de lo puramente cinematográfico. Ya se empieza a hablar de “Torrentismo” en todos los sitios. ¿Y qué es el torrentismo? Pues algo vulgar, chabacano, soez, cutre, guarro, machista, inmoral y sin escrúpulos. Así se define la filosofía “Torrentiana”. Santiago Segura es hoy por hoy un hombre que ha sabido fabricar todo un emporio basado en un dudoso personaje, que da para cuatro chistes y poco más.

Esta entrega (que esperemos sea la última) vuelve a lo grande, con un presupuesto holgado lleno de tiros, explosiones y persecuciones que nada tiene que envidiar al cine del hollywood actual. Sin embargo, la gracia termina ahí. Pedos, eructos, y chistes malos, conforman el hilo conductor de esta gigantesca patochada. Tras un arranque abrumador (una espectacular secuencia inicial) y unos títulos de crédito apabullantes, el castillo de naipes se desmorona. Y todo esto porque “Torrente” se tiene que apoyar en otros personajes, porque él por sí sólo, es incapaz de sostener la frágil trama. Torrente empieza a dar muestras de cansancio (creativo, narrativo..) y uno se da cuenta de que realmente ya no vale la pena contar nada más sobre este siniestro personaje. Para muestra, un botón. La secuencia que rememora su infancia es un pegote, que no acaba de encajar, porque, reconozcámoslo, a Santiago Segura ya no se le ocurre nada. Una secuencia robada de otra película, un chiste por aquí, otro por allá, y ya tenemos “Torrente 3” un batiburrillo de citas y guiños cinéfilos.

Sin duda, “Torrente 3” será, si no lo es ya, la película más taquillera del cine Español de este año. Enhorabuena. Hemos logrado ser como los Americanos. Hemos conseguido hacer el mismo cine malo que ellos nos venden. Los mismos defectos, los mismos tics. Con razón Santiago Segura firma la película en los títulos de crédito como “Mal escrita y peor dirigida por...”. No es para menos.