20 de junio de 2004
SPARTAN por Gaspar D. Pomares

David Mamet es un viejo zorro que se las sabe todas. Lo que más le gusta es hacer de demiurgo que todo lo controla, y desde esta perspectiva, anticiparse al espectador, proponiendo un cine de giros y sorpresas. En mayor o menor medida, se le puede considerar un mentiroso, personalmente, prefiero creer que estoy frente a alguien, que más que como director, destaca sobre todo como guionista, y su especialidad, las piruetas argumentales y el planteamiento de la fragilidad de la verdad. Este aspecto destaca tanto en su cine de genero negro, como "Casa de juego", "La trama" o "El último golpe", como en otro que toma un aspecto más político, el caso de "La cortina de humo", que firma como guionista.

Es precisamente de este último título, en el aspecto político, donde podemos sacar similitudes con "Spartan". Y es este aspecto el punto más sobresaliente del filme que reseñamos, planteando a través de un correcto thriller, la posibilidad que tienen los políticos de falsear la realidad y crear la mentira que más les interesa. Al respecto David Mamet saca a la luz lo que mejor sabe hacer, la escritura, y hace del secuestro de la hija del presidente de los Estados Unidos una razón para demostrar y denunciar que nuestro estado de opinión (tal vez nuestro única arma contra los abusos de poder), puede ser perfectamente dinamitado al ponerse al servicio del poder, moldeando así la conciencia pública según sus intereses.

Por ello, por denunciar lo que quiere expresar y hacerlo con un ritmo que hace de esta película un título atractivo para un público muy variado, se merece una casi obligada cita a los cines.

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