Como al propio Asimov le gustaría contarlo:

Si dentro de esta película observamos las variables, probabilísticamente hablando, que han intervenido en su realización, entre ellas por ejemplo el director: el mismísimo Alex Proyas (El cuervo, Dark City); Will Smith y sus últimos papeles más o menos serios; un presupuesto más bien holgado; y por supuesto los cuentos sobre robots de Isaac Asimov; y contrastando con los resultados obtenidos de esas variables, tales como por ejemplo la falta de profundidad de la trama, los diálogos infantiles, las coletillas cansantes del protagonista y la publicidad excesiva del coche y los deportivos, sólo podemos llegar a una conclusión razonable:
-"De todas las realizaciones probables, estamos ante una de las peores posibles".

Aunque quizás Asimov nunca se molestaría.