16 de febrero de 2006
MUNICH por Daniel Vargas

El ojo por ojo: todos ciegos

Spielberg es un genio. Sé que decir esto es una perogrullada, pero es que es cierto. Si no, ¿cómo puede alguien hacer un producto comercial, irregular, destinado a barrer la taquilla como “La guerra de los mundos” y luego crear una obra tan redonda como “Munich”? ¿Alguien me lo puede explicar?...Pues eso. Un genio es capaz de hacer productos descaradamente comerciales como “Parque Jurásico”, “Indiana Jones”, y luego hacer obras más personales como “La lista de Schlinder”, “Salvar al soldado Ryan”, etc.. Que gusten más o menos es otra cosa, pero ahí tenemos esos ejemplos para confirmarlo.

Pues bien, “Munich” pertenece a una sabia combinación de cine espectáculo y de cine más personal y cínico, que últimamente cultiva Spielberg. La verdad es que “Munich” da para pensar, pues el mensaje de la película es obvio: ojo por ojo: todos ciegos. Y es normal que la película haya desagradado por partes iguales a judíos y a palestinos. A pesar de que el protagonista sea judío, Spielberg crítica a ambos por su fanatismo y ceguera total. A los judíos por usar unos métodos basados en el más puro terrorismo de estado (si no puedes con tu enemigo, imítale) y a los palestinos por su extremismo terrorista (no dudan en ejecutar a 9 personas inocentes para justificar su causa). Ahí es nada.

La película ofrece momentos de acción verdaderamente soberbios, con un suspense al más puro estilo Hitchcock (la secuencia de la cabina telefónica, es una auténtica maravilla de dirección y montaje, además de poner los pelos de punta al espectador) y secuencias más pausadas y reflexivas. Otro punto a su favor es la espléndida ambientación que tiene toda la película, que contribuye a darle más realismo. El único lastre de “Munich” es su excesiva duración, otra vez, estamos ante la “película-río”, pero salvando esto, nos encontramos con una obra casi maestra. Spielberg es un genio. ¿No lo había dicho ya?.

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