20 de diciembre de 2005
HARRY POTTER Y EL CÁLIZ DE FUEGO por Daniel Vargas

La gallina de los huevos de oro

Cada vez resulta más difícil ir al cine, especialmente cuando hablamos de ciudades como Elche. Gracias al “magnífico” Aljub, nuestra oferta cinematográfica se ha duplicado o triplicado, es decir, tenemos la misma película en 2 o 3 salas. Lo peor no es esto, sino encontrarte que los asientos que has reservado por Internet, ya están ocupados por una graciosa familia que se ha equivocado de fila. Uno se tiene que armar de paciencia y esperar a que llegue el/la acomodador/a para que resuelva el entuerto y al final no nos liemos a hostias. Cuando por fin uno se sienta en la butaca, te encuentras que al lado tienes la típica pareja de señoras que no tienen nada que hacer y se van a ver “Harry Potter” porque una se ha leído los libros. Pero es que encima, se la va contando a la otra “ahora pasa esto, y ahora luego, esto otro”, como si la otra fuera, con perdón, subnormal o invidente. De verdad que cada vez tengo menos paciencia con esta fauna interurbana que puebla los multicines.

Dejando todo esto aparte, llega el momento de disfrutar la película. Vemos que todos los personajes han crecido peligrosamente y ya empiezan a tener problemas hormonales. Espero que en la siguiente entrega veamos ya el primer amor de Harry Potter, porque aquí sólo se aprecian unas pinceladas muy sutiles del despertar de su sexualidad. Confieso que no he leído ningún libro de este mago, pero me he tragado todas sus películas, simplemente porque me encanta la fantasía y aquí hay a raudales. La película se sigue con interés, aunque para mi gusto, le sobra metraje, que es el mal de las películas de ahora. Señores montadores, ¿no han oído hablar de las tijeras?. Hay escenas que están muy bien, pero parecen añadidos sólo para hacer feliz a la autora (supervisora implacable de todos los proyectos). Hay veces que ese afán de fidelidad perjudica enormemente a la película, y esas escenas no aportan nada a la trama principal. Como digo, le sobra metraje, pero a esta y a todas, ¿eh? Todas rondan las 2 horas y 15 o y media, duración a mi entender, a todas luces excesiva. Cuando la película termina, al final uno se ha olvidado de la familia ruidosa y de la parejita habladora, que, al fin y al cabo, ese era el propósito: evadirse un rato de la triste realidad que nos rodea. Habrá Harry Potter, para rato, por lo menos para 2 o 3 películas más, porqué ¿Quién va a matar la gallina de los huevos de oro?

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