"Capturing de Friedmans" es una filme tan sumamente rico en todos sus aspectos, que restando un epílogo un tanto edulcorado, podemos afirmar con rotundidad que entre una obra maestra y este documental hay muy poca distancia. El punto de partida es la denuncia que cae sobre una familia de clase media acomodada en Estados Unidos, los Friedmans, cuando el cabeza de familia y su hijo menor son acusados de pederastia y de violación de menores. Con estas premisas se construye una película que acierta a tres bandas:

1. El interés por lo narrado nunca decae, lo que demuestra la precisión de su director y guionista, Andrew Jarecki, a la hora de construir el filme y su estructuración a modo de un verdadero thriller. La labor todavía tiene un interés mayor si se considera que el material usado se reduce a una serie de entrevistas y a los vídeos caseros que los Friedmans grabaron, tanto antes, durante, como después de la acusación y la sentencia.

2. La capacidad de denuncia hacia un entramado judicial ante el que estamos desnudos, y aun siendo inocentes, podemos, si el poder y la opinión pública así lo consideran necesario, ser marionetas sin voz.

3. El giro metalingüístico sobre el documental, ofreciendo una lectura sobre la supuesta capacidad que puede tener el documental de alcanzar la Verdad, es decir, de los diversos tópicos que tiene el cine, uno de ellos surge de considerar que el documental es casi una ciencia exacta y lo que plantea la Verdad, pero bien es cierto que esto no deja de ser más que una falacia, y "Capturing the Friedmans", al mostrar los diversos testimonios que rodean este caso, y aunque tenga inclinación por la inocencia de los Friedmans, plantea una cierta ambigüedad sobre lo que realmente pasó, sin llegar a saber hasta que punto se ha podido desvelar la Verdad.

Imprescindible y de obligado visionado.