4 de noviembre de 2004
CRIMEN FERPECTO por Daniel Vargas

Alex de la Iglesia, no es “ferpecto”, perdón, perfecto, pero eso ya lo sabíamos. No es infalible y no posee la fórmula mágica del cine de aunar calidad artística y comercial. Todos tenemos presentes sus batacazos y fracasos en la taquilla (“800 balas”, sin ir más lejos, que no convenció a nadie). Y también le podemos achacar ese histrionismo cinematográfico, esa tendencia suya a rizar el rizo. Sin embargo, cuando se olvida de todo eso y prescinde de toda esa parafernalia, entonces consigue hacer películas frescas y agradables.

No voy a negar que soy de los que piensan que “El día de la bestia” sigue siendo su película más redonda, más “ferpecta” si cabe, y en un segundo plano “La comunidad” (aunque el final se le escapa de las manos). Aquí nos damos de bruces con su última película, “Crimen ferpecto” que ya en el título nos indica su fervor por Hitchcock y al mismo tiempo nos advierte de que todo es una gran broma. Efectivamente, “Crimen ferpecto” no es perfecta, no es una obra redonda, tiene altibajos, hendiduras, muescas…pero, que quieren que les diga, su película le pega cien mil vueltas a las ultimas astracanadas americanas.

A Alex de la Iglesia le encantan los frikis (tronchante la escena de la cena con la familia de la chica) y tiene una gran afición por mostrarnos brochazos de la “España profunda” (el padre es un coleccionista compulsivo que compra todos las colecciones que ofrecen los quioscos del país, hasta esa de las teteras…)

La película navega entre la comedia agridulce y el esperpento. El protagonista (maravillosamente interpretado por Willy Toledo) es patético, al principio lo rechazas pero luego te apiadas de él porque es un pobre desgraciado. Y Mónica Cervera está total en su doble papel de chica ignorada que pasa a ser una auténtica manipuladora. Vale, la película no pasará a la Historia, pero deja un buen sabor de boca, como un vino joven y peleón. Perdérsela no es un crimen, lo que sí es un crimen es dejar colar por nuestra cartelera películas como “Chicas malas”, por poner un ejemplo de hasta donde llega la invasión yanqui.

Alex de la Iglesia, sigue buscando, sigue haciendo cine. A veces lo hace bien, otras lo hace mal, pero un día nos va a sorprender con una gran película. Todavía no la ha encontrado pero poco le falta. Alex tiene que seguir los consejos de Picasso cuando le preguntaban por su obra “Yo no busco, encuentro”.

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