"Neo-Western fronterizo con aroma clásico"

Jean-Pierre Melville dijo en una ocasión que “El Western es la forma más perfecta de espectáculo cinematográfico. Un buen Western, en color y scope es algo extraordinario” . La cita viene a cuento porque esta opera prima dirigida por Tommy Lee Jones, recuerda inevitablemente a los grandes tiempos del Western. Si bien es un género casi extinguido, todavía quedan coletazos de directores que lo han retomado y renovado de alguna forma. “Sin Perdón”, “Desapariciones”, ”Brokeback Mountain”, “Lone Star” o incluso “Un mundo perfecto” y “Thelma y Louise” son ejemplos de esta renovación del Western que podría calificarse como “Neo-Western”. Estamos pues, ante un género que se niega a desaparecer.

“Los tres entierros de Melquíades Estrada” es al fin y al cabo un Western, y como todo género tiene sus propios códigos y sus clichés tipificados (el héroe duro, el malvado, la chica, el amigo del héroe, la persecución, etc..). Tommy Lee Jones demuestra que tiene oficio y sabe cómo narrar una historia apoyada en un buen guión escrito por Guillermo Arriaga, autor entre otras de “Amores Perros” y “21 gramos”.

Tras un comienzo un poco titubeante, con cambios temporales, uno tiene la sensación de que esta película ya la ha visto, pues comienza como un thriller policíaco típico: aparece un cadáver y comienza una investigación que recuerda sospechosamente a “Lone Star” de John Sayles. Sin embargo, tras una primera parte un poco floja, la película cambia totalmente de rumbo y arranca el mejor tramo que como digo evoca a los clásicos del género. Empezando por el título y otras referencias que no voy a desvelar para no chafar sorpresas, es clara la influencia de Sam Peckinpah, en especial “Quiero la cabeza de Alfredo García” y de otros maestros como Leone o Eastwood. Es en este tramo donde se desvela todo el talento que tiene Tommy Lee Jones sabiendo combinar momentos dramáticos y cómicos. “Los tres entierros…” está cargada de humor muy negro y de violencia descarnada que consigue involucrar al espectador en el extraño viaje (emocional y físico) que emprenden los protagonistas en busca de un objetivo.

Al final, música, fotografía y actores (soberbio Jones e increíble Barry Pepper), hacen de “Los tres entierros..” ese espectáculo tan majestuoso del que hablaba Melville. ¿Quién dijo que el Western había muerto?.