20 de noviembre de 2004
DI QUE SÍ por Daniel Vargas

Di que sí o di que no: el peligro de la expectación

Yo siempre he dicho (y lo repetiré hasta la saciedad) que uno debería ir al cine a ver una película sin tener ninguna información sobre ella. Esta experiencia resultaría única, porque sería enfrentarse a lo desconocido: no saber que te vas a encontrar en la pantalla, adentrarte en un mundo totalmente nuevo… El problema de hoy día es que tenemos mucha información (demasiada) sobre las películas. Cuando te quieres dar cuenta has visto cientos de trailers, anuncios, has leído todos los artículos, hasta el colmo: el making-off (nunca olvidaré que viendo un making-off me destriparon el final de “Naúfrago”). Como digo, el problema es cuando lo sabes absolutamente todo de la película. En mi caso particular, conocía “Dí que sí” desde hacía 4 años. Conozco a Juan Calvo porque trabajé con él en una empresa bastante surrealista en Madrid. El guión pasó de productora en productora hasta que por fin, Columbia Pictures España decidió involucrarse. A partir de ahí fue todo como la seda, aunque hubo más cambios; se volvió a reescribir el guión y se cambió al actor protagonista (en un principio iba a ser Gabino Diego en vez de Santi Millán).

Estamos en Noviembre 2004 y unas semanas antes del estreno le recuerdo (le fui recordando durante meses) a Juancho que me tiene que conseguir unas invitaciones para el estreno. Entonces sucede lo que he explicado al principio. Lo sé todo sobre la película; he leído el guión, conozco a los actores, sé las localizaciones, sé de quien es la música, sé quién es el director de fotografía…etc..Absolutamente todo. ¿Qué pasa entonces? Pues que sufro una terrible decepción. Veo que Columbia ha realizado unos cambios muy sifnificativos, no sólo a nivel de guión sino a nivel global y han impuesto su criterio (vale, son ellos los que ponen el dinero). Me encuentro que “Di Que Sí” se queda en una película comercial (que conste que no estoy en contra del cine comercial), facilona y hecha muy al estilo de los americanos.

Efectivamente, “Di que sí” tiene una estética que se aleja por completo del cine español, recuerda vagamente a la era dorada de las comedias americanas los años 60 (esos títulos de crédito hechos con dibujos animados parecen sacados de cualquier inicio de la serie de “La pantera rosa” de Blake Edwards) y la estética se parece más a “El guateque” que a “La fiera de mi niña”. Pero atención, no es una comedia de carcajadas, más bien es una comedia de sonrisas (tiene incluso algo de Tati).

Quedan algunas escenas, las pocas que se han salvado, que evocan lo que podría haber sido esta película (una de las más logradas es cuando se refugian en el cine donde trabaja Victor) y que no fue.
Los actores están correctos, para mi gusto Santi Millán es un poco soso, incluso antipático, y Paz Vega, bueno…está guapísima como siempre, pero tiende a hacer de Paz Vega y el resto está cada uno muy bien en sus respectivos papeles.

Leo que “Di Que Sí” está funcionando muy bien en taquilla, enhorabuena, Juancho, lo has conseguido, a partir de ahora, a vivir de las rentas. Le deseo lo mejor. La verdad es que se lo ha currado muchísimo, pero la pregunta que me hago es la siguiente: ¿Realmente vale la pena haber gastado 4 años de tu vida para que al final la película haya resultado así? El tiempo lo dirá.

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