"Hombres buenos, hombres malos"

“Crash” (título muy poco original y dado a la confusión, nunca me cansaré de repetirlo) figuraba hacía tiempo en mi lista de películas imprescindibles de este año. Repescada por el tirón de los Oscar, he podido verificar la calidad de esta película que tanta gente me había recomendado. Una vez más constato y declaro abiertamente que es imposible ver en buenas condiciones una película de este calibre en los multicines de nuestro querido Aljub. Llego a la conclusión que la gente va al cine no porque les interese sino porque no tiene otra cosa que hacer. Dos energúmenas que se sientan en la fila que tengo delante, no paran de reírse durante toda la proyección. Mis buenas maneras me impiden cometer un acto de barbarie y estrangular una de estas chicas que no tienen respeto por nada ni por nadie. Pero qué le vamos a hacer. Al fin y al cabo son seres humanos, como los personajes de la película, que no son enteramente buenos ni enteramente malos.

Efectivamente, Crash, se asemeja a otras películas corales como “Grand Canyon” y más recientemente, “Magnolia”, mostrando un fresco impresionante de diferentes personajes y sus historias, y como se entrelazan y conectan sus vidas unos con otros. Tenemos policías racistas, inmigrantes con manía persecutoria (justificada), ricos “políticamente correctos”, delincuentes negros de poca monta y familias pobres de buen corazón. Con un guión muy bien estructurado, se van hilvanando a modo de pinceladas varias historias paralelas que confluyen cada una en un enlace distinto. Crash, podría ser una especie de monográfico sobre el racismo y sus consecuencias, pero también sobre la condición humana.

No es casualidad que toda la acción se desarrolle en Los Ángeles, verdadero crisol y caldo de cultivo de todas las culturas y razas que conviven en esta metrópolis. Millones de chinos, hispanos, tailandeses, pakistaníes, negros y judíos que tienen que vivir día a día, soportándose mutuamente. Al fin y al cabo ese es el verdadero mensaje; somos millones de seres humanos los que habitamos este planeta, así que, más vale que nos llevemos bien.